
Qué Tipo de Vestidos Usar Después de los 45 Según tu Tipo de Cuerpo
Con el paso de los años una cosa cambia, y no es solo el cuerpo: cambia la forma en la que nos vemos a nosotras mismas. Después de los 45, muchas mujeres ya no quieren vestirse solo “porque está de moda”, sino porque quieren verse bien, sentirse cómodas y, sobre todo, sentirse ellas mismas.
Lo digo por experiencia y por lo que veo todos los días: cuando entiendes qué tipo de vestidos van mejor con tu cuerpo, vestirte deja de ser un problema y se vuelve algo mucho más simple. No se trata de esconder nada, sino de saber elegir.
Primero, algo importante antes de hablar de vestidos
No todos los cuerpos reaccionan igual a la misma prenda, y eso es completamente normal. Hay vestidos que a una mujer le quedan espectaculares y a otra simplemente no le favorecen, aunque sean de la misma edad o talla.
Por eso, antes de comprar o usar un vestido, conviene tener claro cómo es tu silueta. No para ponerte límites, sino para tomar mejores decisiones.
Si tienes cuerpo reloj de arena

Este tipo de cuerpo suele tener los hombros y las caderas equilibradas, con la cintura más marcada. Si es tu caso, hay algo que siempre funciona: no esconder la cintura.
Los vestidos cruzados, los que ajustan suavemente en el centro del cuerpo o los que tienen un corte bien definido en la cintura suelen verse muy bien después de los 45. No hace falta que sean apretados; de hecho, lo ideal es que caigan con naturalidad.
Lo que normalmente no favorece tanto son los vestidos completamente rectos, porque tapan la forma natural del cuerpo.
Si tu cuerpo es tipo pera (caderas más anchas)

Cuando las caderas son más anchas que los hombros, la clave está en el equilibrio. No es cuestión de ocultar las caderas, sino de compensar visualmente.
Los vestidos en línea A o con falda fluida son grandes aliados. Funcionan especialmente bien cuando tienen algún detalle bonito en la parte superior: un escote favorecedor, mangas suaves o un color más claro arriba.
Algo que suelo evitar recomendar son las telas rígidas o demasiado ajustadas en la parte inferior, porque tienden a marcar más de la cuenta.
Si tienes hombros más anchos (triángulo invertido)

En este caso, lo ideal es suavizar la parte superior del cuerpo y darle un poco más de protagonismo a la parte de abajo.
Los vestidos con faldas amplias, plisadas o con movimiento ayudan muchísimo. También los escotes en V, porque alargan visualmente el cuello y estilizan el torso.
Algo que normalmente no favorece son los vestidos con mangas muy voluminosas o detalles grandes en los hombros.
Si tu cuerpo es más recto

Cuando hombros, cintura y caderas tienen medidas similares, muchas mujeres sienten que “no tienen forma”, pero no es así. Solo hay que crearla visualmente.
Los vestidos con corte imperio, cinturones finos o costuras estratégicas ayudan a marcar ligeramente la cintura sin apretar. También funcionan bien los diseños con líneas verticales.
Los vestidos totalmente planos, sin estructura, suelen ser los menos favorecedores.
Si tu cuerpo es ovalado

Si el volumen se concentra más en la zona del abdomen, lo mejor es optar por vestidos que no se peguen, pero tampoco sean demasiado grandes.
Los escotes en V, las telas fluidas y los cortes rectos suelen estilizar mucho. Lo importante es que el vestido caiga bien y no marque justo en el centro del cuerpo.
Evitar telas muy rígidas o demasiado ajustadas suele marcar una gran diferencia.
Algunas cosas que casi siempre funcionan después de los 45
Con el tiempo he notado que hay detalles que ayudan sin importar el tipo de cuerpo:
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Los vestidos midi suelen verse más elegantes.
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Los colores sólidos estilizan más que los estampados grandes.
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Un buen ajuste importa más que la talla.
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La comodidad se nota, y mucho.
Para terminar
Vestirse bien después de los 45 no tiene que ver con la edad, sino con conocerte y elegir mejor. Cuando usas vestidos que respetan tu cuerpo, te ves más segura, más natural y mucho más cómoda.


